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Sondeo de opinión sobre riesgos climáticos en carreteras
Dentro del proyecto REPARA 2.0, el paquete de trabajo 2 está dedicado al estudio de la resiliencia de las carreteras frente al cambio climático. Dentro de este paquete de trabajo, ACCIONA en colaboración con GITECO Universidad de Cantabria ha realizado un sondeo de opinión acerca de los riesgos climáticos en carreteras, realizado entre profesionales del sector a nivel internacional. La encuesta consta de 15 preguntas y es anónima, habiendo sido realizada por un total de 37 expertos, 31 respondiendo en castellano y 6 en inglés. El 86% de los encuestados trabajan en empresas privadas relacionadas con la gestión de infraestructuras, mayoritariamente en Europa, pero también en América y África.
La opinión de los encuestados acerca de la principal amenaza futura para las infraestructuras de transporte es clara, destacando la importancia del contexto económico (38%) frente a cualquier otro riesgo. La segunda amenaza a tener en cuenta es climática, asociada a la variación de las precipitaciones (24%) debido al Cambio Climático. La sigue la obsolescencia de la infraestructura (14%) y la amenaza terrorista (11%), siendo la cuarta en importancia la variación de las temperaturas (8%), también asociada al Cambio Climático. Por tanto, se puede observar que las amenazas climáticas (precipitaciones y temperaturas) no alcanzan de forma conjunta (32%) la importancia que tiene el marco económico (38%), si bien su importancia es muy significativa y supera claramente al resto.
En consecuencia, es posible asegurar que, en países desarrollados donde existe estabilidad económica, las amenazas climáticas son la principal preocupación de cara a planificar el futuro de las infraestructuras.
Figura 1.- Potenciales amenazas para las ifraestructuras según los encuestados. Fuente: Propia
Cuando se pregunta a los expertos acerca del riesgo climático que más afecta la vida útil de las infraestructuras, un 49% señala el régimen de precipitaciones (lluvias torrenciales y también sequías), mientras que un 33% se decanta por fenómenos asociados al régimen de temperaturas (tanto olas de frío como olas de calor). Con todo, tan sólo el 27% de los encuestados declaran que sus organizaciones han realizado estudios de resiliencia frente a eventos extremos, si bien el 45% admite haber sufrido alguno en sus infraestructuras en los últimos años, principalmente en relación a lluvias torrenciales, deslizamientos y bajas temperaturas.
Figura 2.- Riesgos climáticos para las infraestructuras percibidos por los encuestados. Fuente: Propia
A pesar de que más del 90% de los encuestados consideran que los eventos climáticos disminuyen la vida útil de las infraestructuras, tan solo el 34% disponen en sus organizaciones de “mapas de puntos calientes”, que ayuden a identificar y considerar las zonas con mayores riesgos, y únicamente el 21% tienen una persona encargada del estudio de resiliencia. El porcentaje aumenta hasta el 32% cuando se pregunta acerca de la existencia de planes de adaptación al Cambio Climático, si bien el 66% no dispone de un presupuesto específico. Además, las medidas incluidas en estos planes son más de mitigación que de adaptación, destacando aquellas orientadas a la reducción de emisiones o la mejora de la eficiencia energética. Por tanto, a pesar de conocer el riesgo que supone el cambio en el régimen de precipitaciones, aún no se cuenta con las inversiones necesarias para aumentar la resiliencia de las carreteras frente a los eventos extremos asociados mediante la implementación de medidas de adaptación en taludes y sistemas de drenaje.
Por otra parte, el 62% de los expertos afirman contar con planes preventivos y de emergencia para proteger a los usuarios en caso necesario. Si bien el 72% no tienen cuantificados los costes asociados a la interrupción del servicio por eventos extremos, y un porcentaje aún mayor (79%), no contempla la opción de otro medio de transporte en caso necesario. Sin duda, la consideración de estos aspectos ayudaría a justificar las inversiones necesarias para lograr una mayor adaptación de la infraestructura a los riesgos climáticos, que ayude a minimizar el tiempo fuera de uso tras un evento extremo.
Respecto a los trabajos de conservación y mantenimiento de infraestructuras, según un 70% de los encuestados, actualmente se centran en garantizar la funcionalidad de la infraestructura a corto-medio plazo. Así, por ejemplo, cuando se realiza una rehabilitación de un talud por desprendimientos o de un sistema de drenaje, los principales criterios de actuación son el presupuesto disponible, la durabilidad y la rapidez de ejecución. Si bien es cierto que cada día están cobrando más importancia las consideraciones a largo plazo, como la necesaria adaptación al Cambio Climático, de cara a asegurar la máxima vida útil de la infraestructura. Como muestra, los encuestados valoran con un 8,3 de media sobre 10 la importancia de incluir medidas de adaptación al Cambio Climático en los proyectos de nueva construcción.
Los resultados completos de la encuesta están disponibles aquí: Resultados de la encuesta