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Carreteras Autorreparables: ¿Realidad o ficción?
Querido lector, ¿sigues escuchando la palabra autorreparación en carreteras y todavía te cuesta creer en ella? Descubre un poco más en esta entrada.
Un material autorreparable es aquel que tiene la capacidad de recuperar sus propiedades tras sufrir un daño. Si indagamos en la química del asfalto, debido a la naturaleza termoplástica del betún, éste se puede considerar en sí como un material autorreparador; sin embargo, el proceso de autosanado es muy lento y solo funciona en periodos de descanso cuando no hay circulación sobre él.
Con estos antecedentes el desarrollo de una tecnología de autorreparación que pudiera ser de aplicación en las diferentes condiciones de servicio de la carretera resultaría toda una innovación. ¿Te imaginas una carretera que se pudiera reparar sola, minimizando así las operaciones de rehabilitación y mantenimiento? Esto es lo que pretende abordar el Proyecto REPARA 2.0 en una de sus actividades.
Hoy en día una de las soluciones más efectivas para restaurar las propiedades originales del pavimento es la utilización de rejuvenecedores. Estos rejuvenecedores se extienden sobre la superficie de la carretera. Sin embargo para que cumplan adecuadamente su función deben penetrar varios centímetros.
Para resolver estos problemas, uno de los métodos recientemente en desarrollo es la encapsulación de rejuvenecedores para, posteriormente, introducirlos como un componente más en la mezcla asfáltica. La liberación paulatina del rejuvenecedor del interior de las cápsulas permitirá reparar el pavimento envejecido.
Mi experiencia en el campo de la autorreparación
Y ahora, permítame, estimado lector, que le cuente mi recorrido por la autorreparación. Mi historia empezó hace ya unos años, cuando desde la Dirección de Innovación Tecnológica de ACCIONA surgió la necesidad de investigar acerca del desarrollo de carreteras autorreparables en el marco del proyecto nacional TRAINER, liderado por ACCIONA. Empecé algo asustada, pues era un campo nuevo para mí, pero a la vez entusiasmada por el nuevo reto que se me presentaba.
Por aquel entonces empecé a leer las primeras investigaciones en autorreparación. No me lo creía, pensaba que todo era poco más que ciencia ficción. Poco a poco tras los primeros desarrollos a nivel de laboratorio fue cuando empecé a confiar en esta tecnología. Aprendí que era posible fabricar cápsulas que resistieran al proceso de producción de mezcla asfáltica. También que los porcentajes de adsorción del rejuvenecedor conseguidos en el interior de las cápsulas eran adecuados para cumplir su función. Además desarrollamos los primeros protocolos de ensayo que permitirían cuantificar la autorreparación. Fue entonces, tras cuatro años de investigación, cuando lo vi. Creí firmemente en el potencial de esta tecnología. Su éxito podría repercutir, sin lugar a dudas, en la calidad de nuestras carreteras.
Y es ahora, con el conocimiento adquirido en el desarrollo de materiales inteligentes, cuando he decidido de nuevo embarcarme en esta aventura que se me ha brindado gracias a la participación en el proyecto REPARA 2.0. En este proyecto, además de avanzar en la optimización del proceso de fabricación de las cápsulas, así como en la evaluación de su capacidad autorreparadora, se tratará de construir el primer tramo de prueba con mezclas capaces de autorregenerarse, el cual, se monitorizará para evaluar su comportamiento a lo largo de la vida útil de la infraestructura. Este salto tecnológico implicaría una realidad en el desarrollo de una nueva generación de pavimentos.
Pero esto no es todo, con objeto de alinearnos con algunas de las prácticas sostenibles que existen en la actualidad en el sector de la carretera, esta tecnología se va a combinar con el uso de mezclas semicalientes, esto es, fabricadas y compactadas a temperaturas menores que las mezclas convencionales y además que incluyan tasas medias de reciclado.
Esta aventura acaba de comenzar y queda todavía un largo camino por recorrer. Le invito a que me acompañe en próximas entradas.