¿Conoces los riesgos asociados al efecto del cambio climático y cómo se puede actuar?
En pasadas entradas de este blog, se comentó que las infraestructuras de transporte apenas se están adaptando al cambio climático y, aunque hay determinadas iniciativas en marcha, tampoco se está invirtiendo significativamente en ello.
Para ayudar a paliar esta carencia detectada, el proyecto REPARA 2.0 ha analizado la situación a nivel nacional y el impacto del cambio climático en las infraestructuras de carreteras y entornos urbanos, desarrollando tecnologías, metodologías y servicios para reducirlo. Este trabajo ha sido desarrollado dentro del Paquete de Trabajo 2, liderado por ACCIONA, y en el que participan CHM y FRACTALIA y querría utilizar este post para hacer un breve resumen de los resultamos más significativos obtenidos.
Situación actual
En base a datos de la Agencia Española de Meteorología (AEMET), se ha identificado que los principales factores climáticos que afectarán a España en base a los escenarios previstos, serán el incremento progresivo de las temperaturas, las variaciones de las precipitaciones y el impacto asociado a eventos de alta precipitación en áreas secas y semidesérticas.
Otro de los factores a tener en cuenta es la variación en relación a la intensidad y frecuencia de los eventos climáticos extremos. Los impactos generados por estos eventos extremos suelen ser más severos que los asociados al cambio climático promedio. Aunque su frecuencia sea baja, los daños que éstos ocasionan suelen ser muy elevados.
Por aportar datos concretos, las siguientes figuras muestran las variaciones estimadas para temperaturas y precipitaciones medias en todo el territorio peninsular:
Figura 1: Cambios estimados para S XXI en el valor medio anual de la temperatura máxima en ºC (izquierda) y en la tasa de precipitación (derecha) en España. Guía de escenarios regionalizados de cambio climático sobre España a partir de los resultados del IPCC-AR4. AEMET.
Si analizamos ambos gráficos y sumamos lo comentado de una mayor frecuencia de eventos extremos, los datos son preocupantes y como no puede ser de otra manera, tanto las infraestructuras de transporte como los entornos urbanos se van a ver notablemente afectados.
Los peligros y amenazas que se han identificado a lo largo de este trabajo, se han agrupado en las siguientes siete variables o categorías:
- Vialidad invernal: peligros asociados a las bajas temperaturas. Aumento del estrés térmico.
- Lluvias: riesgos asociados a las precipitaciones.
- Olas de calor: problemáticas asociadas a temperaturas medias y máximas más altas y a periodos de sequía. Aumento del estrés térmico.
- Medio ambiente: erosión y salinización del suelo, contaminación y gestión de la biodiversidad.
- Desastres naturales: actividad sísmica y volcánica, incendios y otros eventos extremos.
- Amenazas sociopolíticas: ataques de todo tipo por los desajustes asociados al cambio climático.
- Conservación: mayor necesidad de mantenimiento, rehabilitación e incluso reconstrucción.
Las incidencias más críticas para las carreteras estarían relacionadas con las lluvias intensas y los deslizamientos o desprendimientos de taludes y laderas, que por desgracia ya vemos que año tras año aumentan y generan multitud de accidentes y afecciones al tráfico. No pretendo ser catastrofista ni plantear un escenario muy adverso, pero la probabilidad de que las complicaciones para las infraestructuras asociadas al cambio climático se materialicen, son relativamente altas. Dicho esto, únicamente me gustaría dejaros una pequeña reflexión: analicemos la situación de nuestras carreteras, evaluemos los riesgos particulares y establezcamos protocolos de actuación, que como bien dice el refrán, es mejor prevenir que curar. En ACCIONA ya estamos trabajando en ello, y hemos desarrollado una metodología de análisis de riesgos complementaria a la actual para estudiar y ejecutar mejor nuestros proyectos y proponer, en caso de que sea necesario, medidas de adaptación que aumenten la resiliencia de las infraestructuras que construimos, mantenemos y conservamos.
A modo de resumen explico brevemente a continuación la metodología desarrollada y soluciones propuestas tras el trabajo realizado en este proyecto.
Metodología de análisis
Tomando como punto de partida una matriz de valoración cualitativa de riesgos, adaptada a partir de la propuesta por la Asociación Mundial de la Carretera (PIARC), se ha propuesto una metodología para la identificación de las zonas específicas de nuestras carreteras en las que el nivel de riesgo existente justifique bien la investigación, mediante sistemas de monitorización que aseguren la vigilancia de la evolución del nivel de riesgo, o bien la actuación que permita minimizar dicho riesgo, mediante la ejecución de una determinada medida de adaptación.
La metodología de análisis desarrollada incluye la probabilidad, frecuencia e impacto resultando así en un nivel de riesgo, que o bien puede ser asumible o aceptable, o que por el contrario orienta a dar una respuesta para su investigación, reducción o eliminación.
Con el aumento de las exigencias de las regulaciones EURO para vehículos, y los nuevos protocolos anticontaminación en los ayuntamientos, están surgiendo nuevas iniciativas que permiten evaluar con precisión las emisiones a la atmósfera debidas a la circulación de vehículos, más allá del conocido CO2. Por ejemplo, la metodología “Air Quality Transport Emissions” (AQuTE), permite evaluar las emisiones de múltiples emisiones de los vehículos, tanto en su forma directa, que son las emisiones puramente de escape, como en su forma indirecta, que incluyen “todas las demás”, es decir, las emisiones del desgaste de los neumáticos, de la frenada, e incluso las de producción de los combustibles, su transporte y comercialización, y la producción y transporte de electricidad de los vehículos eléctricos o híbridos enchufables.
Figura 2: Ejemplo de matriz de riesgos e impactos asociados al aumento de temperatura.
Soluciones propuestas
Una vez definida la matriz de riesgos, se procedió al estudio y propuesta de medidas de adaptación que pueden aplicarse para dar respuesta a los principales riesgos identificados, estableciendo medidas para su trasferencia, reducción o eliminación.
Para ello se han elaborado fichas ilustrativas con medidas de adaptación para riesgos como la inestabilidad de taludes, deslizamientos de tierras, caída de rocas, erosión de laderas, acumulación de agua en el pavimento, descalces y lavado de finos, bloqueo del drenaje trasversal, reblandecimiento del betún o fallo estructural del firme. Dichas medidas una vez aplicadas, ayudarían a aumentar la resiliencia de la infraestructura y limitarían los costes de actuaciones de emergencia y cierres de servicio. A continuación, se muestra a modo de ejemplo, una de las fichas propuestas, en particular, la elaborada para dar respuesta a la inestabilidad de taludes.
Figura 3: Ejemplo de ficha de adaptación frente a Inestabilidad de taludes
Finalmente, como trabajos complementarios a los realizados por ACCIONA, en el proyecto REPARA 2.0 también se han desarrollado tecnologías más específicas para dos problemas asociados al cambio climático como:
- La inestabilidad de taludes
- El efecto isla de calor en entornos urbanos
Os recomiendo que no perdáis la oportunidad de conocer un poco más sobre los desarrollos que se han propuesto para reducir dichas problemáticas leyendo (si es que no lo habéis hecho ya) las entradas que nos dejó en este blog nuestra compañera de CHM, Cristina Ávila: "Nuevos sistemas de control en las carreteras frente a los riesgos del cambio climático" y "Las vías urbanas del futuro ya están aquí... “cool pavements”".